D076 Cómo Abordar el Daño Continuo de los Centros de Crisis de Embarazo

Nuestra Iglesia, lamentablemente, ha sido cómplice de muchas prácticas horribles en el pasado en relación con las madres solteras y los embarazos no deseados. Entre ellos se encuentran los hogares para madres solteras administrados por la Iglesia Episcopal en varias diócesis, que a menudo causaban un daño duradero a las madres y a los niños que eran objeto de abusos emocionales y adopciones forzosas dentro de esas instituciones.

En la era moderna, esta práctica ha pasado a aparecer en forma de los llamados “Centros de Crisis de Embarazo” o “Centros de Recursos para el Embarazo”. Estos centros a menudo se presentan como centros médicos, proporcionando información incorrecta a las embarazadas sobre el embarazo, el aborto, la anticoncepción y la fertilidad (Bryant et al 2014). Estos centros, en muchos casos, ofrecen ultrasonidos a las personas embarazadas, sin una capacitación médica adecuada y apropiada, retrasando potencialmente el inicio de la atención prenatal u ocultando el riesgo de embarazos ectópicos (Kimport et al 2018). Además, estos centros presionan directamente a las personas embarazadas para que lleven a término sus embarazos no planificados, utilizando tácticas como la estigmatización para forzar un cambio en los planes de las personas para sus embarazos (Warren et al 2022). Los Centros de Crisis de Embarazo a menudo proporcionan recursos “gratuitos” (como alimentos, ropa y suministros necesarios) a las personas que tienen dificultades, haciendo que esos recursos dependan de que la persona embarazada lleve su embarazo a término (Kimport 2020).

Los Centros de Crisis de Embarazo son un lobo con piel de cordero, que pretenden ser centros cristianos que ofrecen amor y aceptación a las personas necesitadas, pero que en cambio se dedican a prácticas engañosas para obligar a esas personas a llevar a término embarazos no deseados. En la Iglesia Episcopal deberíamos considerar en oración el papel de estos centros en el panorama más amplio de la atención médica reproductiva y arrepentirnos de nuestro apoyo en el pasado.

REFERENCIAS:

Bryant et al 2014: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0010782414005654

Kimport et al 2018: https://doi.org/10.1016/j.contraception.2018.02.016

Warren et al 2022: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S266732152200021X

Kimport 2020: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1363/psrh.12131