Se resuelve, con la aprobación de la Cámara de Obispos,

Que la 80ª Convención General de la Iglesia Episcopal afirme el papel de la iglesia y sus ministros en la promoción de la salud pública y la prevención de enfermedades.

Se resuelve, Que la Convención afirme que todos los ministros tienen la sagrada responsabilidad de promover la salud pública, la prevención de enfermedades evitables y la aplicación de salvaguardias para mantener la seguridad de las congregaciones y las comunidades.

Se resuelve, Que la Convención reconozca las numerosas disparidades en materia de atención médica expuestas y agravadas en nuestras comunidades étnicas y minoritarias, y anime a todos los ministros a encontrar formas de defender y llevar la sanación a las comunidades desproporcionadamente afectadas por la pandemia del COVID-19.

Se resuelve, Que la Convención reconozca que abordar el impacto desproporcionado de COVID-19 en las personas subrepresentadas y vulnerables no es solo una preocupación de salud pública, sino también una cuestión de equidad, justicia racial y social.

Se resuelve, Que la Convención reconozca que muchas de nuestras diócesis no nacionales y extranjeras se han visto desproporcionadamente afectadas por la pandemia de COVID-19 en comparación con nuestras diócesis nacionales.

Se resuelve, Que las Convenciones alienten a todos los organismos eclesiásticos y diocesanos a encontrar formas de abordar las disparidades que impactan desproporcionadamente a las comunidades y diócesis subrepresentadas y vulnerables.