A056 Comunión a Través de las Diferencias
Se resuelve, con la aprobación de la Cámara de Obispos,
Que la 80ª Convención General ordene al Obispo Presidente y al Presidente de la Cámara de Diputados que nombren un segundo Grupo de Trabajo sobre la Comunión a Través de las Diferencias para continuar el trabajo iniciado pero limitado por la pandemia de COVID-19, compuesto por no más de 12 personas, que representen la diversidad cultural, generacional, racial, étnica y teológica de la Iglesia, incluidos especialmente los miembros de las diócesis fuera de los Estados Unidos; y asimismo
Se resuelve, Que la mitad de los miembros nombrados sostengan que el matrimonio es un “pacto entre un hombre y una mujer” (BCP, 344), la mitad de los cuales sostenga que ese matrimonio es un “pacto entre dos personas” en presencia de Dios (Resolución 2018-A085), y que todos los que sean nombrados para el grupo busquen un camino hacia el florecimiento mutuo en la Iglesia Episcopal; y asimismo
Se resuelve, Que el Grupo de Trabajo busque agregar al informe del Libro Azul del trienio anterior, para seguir buscando un camino duradero para el florecimiento mutuo congruente con la política de esta Iglesia y la declaración de “Comunión a Través de las Diferencias” de la Cámara de Obispos de 2015, afirmando (1) la clara decisión de la Convención General de que el matrimonio cristiano es un pacto abierto a dos personas del mismo sexo o del sexo opuesto, (2) el firme compromiso de la Convención General de disponer para que todas las parejas que pidan estar casadas en esta Iglesia tengan acceso a liturgias autorizadas; y también afirmando (3) el lugar indispensable que tiene en nuestra vida común la minoría que sostiene la enseñanza histórica sobre el matrimonio de esta Iglesia, cuyo testimonio nuestra Iglesia necesita; y asimismo
Se resuelve, que el Grupo de Trabajo desarrolle y publique más herramientas para involucrar a los miembros de esta Iglesia en la sustancia del Informe del Libro Azul del Grupo de Trabajo sobre la Comunión a través de las Diferencias a esta Convención, incluidos, pero sin limitarse a ellos, videos que documenten experiencias a través de esta Iglesia que demuestren ejemplos positivos de comunión a través de la diferencia, y materiales que amplíen la conversación más allá de los asuntos de la sexualidad humana y el matrimonio; y asimismo
Se resuelve, Que el Grupo de Trabajo consulte ampliamente con los miembros de esta Iglesia que representan su diversidad de origen cultural, edad, raza, género, identidad de género y orientación sexual, particularmente sus miembros en países que no sean los Estados Unidos; y también con representantes de la Comunión Anglicana, nuestros socios ecuménicos de plena comunión, y aquellas iglesias con quienes mantenemos diálogos ecuménicos; y asimismo
Se resuelve, que la 80a Convención General recomiende a las diócesis, parroquias y al personal de toda la iglesia la Herramienta de Conversación creada por el Grupo de Trabajo sobre la Comunión a Través de las Diferencias, incluida en la sección de Materiales Suplementarios de su informe del Libro Azul a esta Convención; y asimismo
Se resuelve, Que el Grupo de Trabajo informe y haga recomendaciones a la 81a Convención General, terminando su mandato en ese momento, salvo por nuevas medidas de la Convención General; y asimismo
Se resuelve, Que la Convención General solicite al Comité Permanente Conjunto sobre Programa, Presupuesto y Finanzas que considere una asignación presupuestaria de US$75,000 para llevar a cabo esta resolución.
Explicación
La 79a Convención General ordenó al Obispo Presidente y al Presidente de la Cámara de Diputados que designaran conjuntamente un Grupo de Trabajo sobre la Comunión a Través de las Diferencias, compuesto por no más de 14 personas, que representaran la diversidad en esta Iglesia con respecto al trasfondo cultural, de edad, raza, género y orientación sexual, incluidos miembros de países distintos de los Estados Unidos, la mitad de los cuales sostuvieran que el matrimonio es un “pacto entre un hombre y una mujer” (BCP, 344), la mitad de los cuales sostuvieran que el matrimonio es un “pacto entre dos personas” en presencia de Dios (Resolución 2018-A085), y que todos ellos buscaran un camino hacia el florecimiento mutuo en La Iglesia Episcopal; y asimismo Nuestro Grupo de Trabajo presentó un informe y formuló recomendaciones a la 80ª Convención General, y nuestra resolución de habilitación especificaba que nuestro Grupo de Trabajo continuaría solo a petición de la próxima Convención General.
El Grupo de Trabajo hizo todo lo posible, a pesar de las limitaciones impuestas por la epidemia de Covid-19, para llevar a cabo esta labor, cuyo fruto se recoge en su Informe del Libro Azul a esta Convención. Cabe destacar la definición de trabajo de “florecimiento mutuo” elaborada por el Grupo de Trabajo y una “herramienta de conversación” para ayudar a los miembros de esta Iglesia a participar en esa definición y en la conversación en general. El Grupo de Trabajo también articuló un marco teológico útil para comprometerse con la comunión a través de la diferencia, reconociendo los muchos desafíos y tensiones presentes en ese trabajo. Aunque creemos que hemos realizado un importante trabajo teológico y relacional sobre lo que significa caminar juntos como discípulos de Jesús en el Camino del Amor, solo hemos comenzado un proceso que pide a gritos una mayor exploración. Creemos que la reconciliación y el “florecimiento mutuo” deben seguir siendo nuestro objetivo, por la gracia de Dios, pero que la revelación de la verdad, la transformación y la construcción de relaciones que son necesarias en el camino hacia ese objetivo no se dan de forma rápida ni fácil.
Los miembros del actual Grupo de Trabajo creen que la construcción del tipo de relaciones necesarias para llevar adelante este trabajo se vio gravemente obstaculizada por la pandemia de Covid-19 y nuestra incapacidad para reunirnos cara a cara. Proponemos que para hacer bien este trabajo, será necesario financiar al menos dos reuniones presenciales durante el próximo trienio, e idealmente tres. Nuestra sugerencia de no nombrar más de 12 miembros tiene por objeto hacer posible, desde el punto de vista financiero, la celebración de múltiples reuniones presenciales, pero un número mayor de miembros con un presupuesto más amplio también sería bienvenido.