D005 Solidaridad con el Movimiento Palestino de Boicot, Desinversión y Sanciones

El movimiento palestino de Boicot, Desinversión y Sanciones (Boycott, Divest, and Sanctions, BDS), a menudo injustamente difamado, fue iniciado en 2005 por 170 organizaciones palestinas de la sociedad civil como medio de crear una campaña internacional no violenta en apoyo de los derechos humanos y políticos fundamentales de los palestinos. Así pues, Boicot, Desinversión y Sanciones tiene su origen en una población autóctona ocupada que vive bajo la ocupación militar y el bloqueo israelíes. Ha recibido un amplio apoyo mundial de gobiernos, bancos, empresas, iglesias, organizaciones académicas y artistas. No hay nada en las exigencias o tácticas de Boicot, Desinversión y Sanciones que sea ni siquiera remotamente antijudío. De hecho, las tres exigencias del movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones son totalmente coherentes con la política establecida de la Iglesia Episcopal. Estas exigencias, que se resumen en la primera resolución, son:

1.  Poner fin a la ocupación y colonización israelíes de todas las tierras árabes y desmantelar el muro de separación.   La Reafirmación del Compromiso con la Paz en Israel/Palestina, publicada en las actas de la reunión del Consejo Ejecutivo de la Iglesia del 12 al 15 de noviembre de 2006, pide “la retirada por parte de Israel de todos los Territorios Palestinos Ocupados, tal y como se estableció en 1967 en Cisjordania”.

2.  Reconocer los derechos fundamentales de los ciudadanos árabes palestinos de Israel a la plena igualdad. En la 80ª Convención General de 2022, la Iglesia aprobó la resolución C039, que instaba al Presidente y al Congreso de Estados Unidos a “tomar medidas para oponerse a las leyes y prácticas israelíes que dan lugar a la desigualdad de derechos entre dos pueblos”.

3.  Respetar, proteger y promover el derecho de los refugiados palestinos a regresar a sus hogares y propiedades, tal y como estipula la Resolución 194 de la ONU.  Desde su 73ª Convención General, la Iglesia Episcopal ha apoyado firmemente esta exigencia. La segunda parte de la resolución 2000-B016 dice: “Que la 73ª Convención General de la Iglesia Episcopal afirme el principio del derecho al retorno de todos los palestinos, así como la restitución y compensación por sus pérdidas, como lo pide la Organización de las Naciones Unidas”.

Con respecto a las tácticas de Boicot, Desinversión y Sanciones, el boicot a los autobuses de Montgomery, el boicot a las uvas de United Farm Workers y el boicot internacional al apartheid sudafricano son solo tres ejemplos del uso de la presión económica para abordar la injusticia.  Los cristianos desempeñaron un papel destacado en estas campañas no violentas. Boicot, Desinversión y Sanciones se une ahora a esta gran tradición.

Por último, el apoyo a Boicot, Desinversión y Sanciones es una respuesta al movimiento cristiano ecuménico palestino Kairos Palestina y a su socia internacional, la coalición cristiana Global Kairos for Justice. Existe un llamado de estos grupos para 2020, “Cry for Hope: A Call to Decisive Action” (Grito de esperanza, un llamado a la acción decisiva), el cual incluye esto sobre Boicot, Desinversión y Sanciones: “El llamado palestino de 2005 al Boicot, Desinversión y Sanciones proporciona un marco para las medidas económicas, culturales y académicas, así como para la defensa política directa, como medios no violentos para poner fin a la ocupación y la opresión. El objetivo de Boicot, Desinversión y Sanciones no es castigar ni aislar a Israel. Se trata más bien de presionar a Israel para que cumpla con las leyes internacionales, y de hacer un llamado a su gobierno y a su pueblo, en el espíritu de la Palabra de Dios, para que entren en los caminos de la justicia y la paz, afirmando así sus propios derechos, así como los derechos del pueblo palestino”.

 

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